
El Colegio de Biólogas y Biólogos de Chile es una organización gremial de carácter popular y democrático que agrupa tanto a profesionales como a licenciadas/os en el estudio de la biología, y tiene como objetivo velar por los derechos laborales de sus colegiadas y colegiados, regular su labor profesional, institucionalizar su quehacer profesional a nivel nacional, así como por la correcta práctica de esta profesión y disciplina, tanto en el ámbito técnico como ético, siempre en pos del conocimiento, del bienestar humano y de su relación con la biósfera.
Es un organismo autónomo, laico y pluralista, que agrupa a personas de diversas procedencias religiosas, políticas, sexuales y étnicas, que tienen en común el ejercicio de una profesión, motivadas por el amor a la naturaleza y el conocimiento.
Es por esto que, como profesionales miembros de este gremio, tenemos que tener en consideración los parámetros físicos, espirituales y emocionales, que son igual de importantes para los integrantes de una sociedad, en la toma de nuestras decisiones y acciones, priorizando decisiones humanas afectivas, que velen siempre por el bien mayor, la verdad y la ciencia. Además, como personas dedicadas a los estudios y entendidos en procesos ecológicos y ecosistémicos, debemos entender que, tan importante como el bienestar individual es el bienestar comunitario, tanto en lo social como en lo económico, las biólogas y biólogos debemos ser un integrante útil para la comunidad, entendiendo a la comunidad como la sociedad entera y nuestro ecosistema. Así mismo, debemos comprender que los sistemas naturales y sociales son diversos, y están compuestos por variables diversas que deben ser valoradas, ya que la diversidad es su fortaleza, y de ahí radica su capacidad de resiliencia, por lo que debemos respetar y abrazar la diversidad en toda su naturaleza y expresión. También tenemos que entendernos como seres humanos, una especie natural que es parte intrínseca de la naturaleza por lo que, además de las relaciones físicas, químicas y biológicas, existen relaciones espirituales intangibles, que dan valor a la apreciación de la naturaleza, importantes en las dinámicas de conservación.
Como personas de ciencia, la observación, experimentación y razón deben ser la base con la cual construyamos conocimiento, y ante las distintas dificultades, debemos resolver los problemas usando nuestros medios disponibles, abrazando siempre la cooperación y el respeto entre colegas, promoviendo en medida de lo posible el trabajo interdisciplinario. Teniendo siempre presente que los conocimientos en los que aportamos, serán los cimientos de conocimientos futuros, por lo que siempre debemos obrar de manera proba, y nunca jamás manipular los datos ni los resultados a la zaga de beneficios e ideales egoístas e individuales. Así mismo, siempre dar debido reconocimiento al trabajo de los demás, y nunca apropiarse de datos y resultados que sean fruto del trabajo de otras y otros investigadores.
Teniendo siempre en cuenta que el conocimiento es un bien indispensable para las comunidades y sociedades, es nuestro deber primo comunicar nuestros logros, conocimientos y resultados, no sólo entre nuestros pares, sino que ante toda la comunidad, haciéndonos responsables de que, en medida de lo posible, estos conocimientos puedan ser entendidos y utilizados por quien los solicite. Es nuestro deber siempre comunicar nuestros conocimientos en pos del bien común, e intervenir en la ayuda de las comunidades, sociales, humanas y naturales, cuando nuestro conocimiento pueda aportar en la resolución de problemas e injusticias sobre la naturaleza, los seres vivos y nuestra sociedad.